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Mostrando las entradas de diciembre, 2014

PAIS A VS PAIS B XXII

Llegamos a la oficina, me deja la cena y se marcha sin decir nada. No entiendo su actitud, pero no voy a detenerme a hablar ya que necesito averiguar como usar la nanoplastilina que robé de la fuente. Una vez ella se ha ido, mi amigo del TDRONE enciende la comunicación y empezamos a hablar. — ¡Excelente día en el campo: parecen dos abuelos enamorados! Me río y el escribe en la pantalla del TDRONE un JAJAJAJA! que se me antoja algo tonto. — ¡Creo que algún día podrás trabajar conmigo! — ¿Cuando se cansen de mí? No...Yo quiero mi libertad ahora...Ayudame con algo. — ¿Qué quieres? — ¿Como hago una interfaz entre la nanoplastilina que traje y el lenguaje de programación? — Necesitas un módulo de Interfaz y un teclado, nada más... — ¿Me lo puedes conseguir? — ¡Tal vez! el teclado puede ser el que usa tu AMA, el módulo solo me lo enviarán si yo reporto el mio dañado. — ¡Excelente! Saco la nanoplastilina de mi bolsillo y empiezo a moldearla sin hacer caso de lo que e

PAIS A VS PAIS B XXII

El día ha sido perfecto tanto para Alexandra como para mí. Ella habla animadamente y yo practico el arte de escuchar: sigo el hilo de lo que dice y le aporto observaciones e ideas; inclusive recuerdo lo que me comunica y demuestro interés. Caminamos tomados del brazo como un otoñal matrimonio. La gente se ha dado cuenta y reacciona de manera curiosa: unos nos rehuyen; otros nos sonríen y algunos más nos detienen y preguntan por la naturaleza de nuestra relación. Alexandría les da todos los detalles a excepción de mi nacionalidad, cosa que agradezco ya que no quiero problemas. — ¡Te has acostumbrado a tu trabajo! — No sabría decirte... — No voy a seguir con la cantaleta de la libertad, pero debes saber que no quiero seguir con este estado de cosas. — Lo sé...Has tratado de escapar dos veces. — Vamos a casa. —Dice ella abruptamente. Suelta mi brazo y se pone los lentes oscuros, le hablo y ella ni siquiera voltea a verme; ha caído en un mutis repentino que me preocupa tant

Las Aventuras de Alexa Huntington 4

Alexa se levanta tosiendo y escupiendo sangre en la camilla. Maya le asiste calmándola y examinando sus heridas: una abrasión en el cuello, un moretón en la cadera y varios raspones en piernas y brazos. Le da unos antiinflamatorios y analgésicos. Nunca habían visto nada igual a esto. Alexa tiene heridas en gran parte de su cuerpo, de alguna manera somatizo el daño que M le hacía en el sueño. Maya piensa que es un milagro que ella no se hubiese asfixiado cuando la colgaron en la horca. Pasan dos días y las heridas sanan totalmente. Alexa se mueve normalmente. Responde coherentemente a las preguntas que se le hacen y ha podido dormir de manera natural. Spencer se reúne con ella y le pregunta si puede trabajar, a lo que responde que sí, por lo que este programa la reunión de proyecto para dentro de dos días. Llega el día de la reunión y para variar, Alexa llega temprano, lo que provoca los chistes de sus compañeros. Spencer entra en la sala con una actitud seria y empieza la planeac

Las Aventuras de Alexa Huntington 3

Spencer, el director de Operaciones, no oculta su felicidad. En los preparativos de la reunión de Nuevo Proyecto nos llama hermanos, amigos, socios y compañeros. Luego de terminarlos, deja su efusividad y retoma su tradicional seriedad. Su manía de jalar de la cadena del reloj de bolsillo, darle una vuelta en el aire y tratar de devolverlo fallidamente a su lugar, nunca antes había sido tan divertida. Un hombre tan excéntrico como brillante, su anacrónica forma de vestir, con chaleco antiguo y reloj de bolsillo contrasta fuertemente con su cabello verde, y profundo conocimiento de las computadoras. Su discurso preliminar pierde su brillo y empieza a volverse más práctico. Nos habla de los contactos del señor V que usaremos en nuestros próximos proyectos: Víctor Moon y Frederick Cannon; de ahora en adelante conocidos como M y F respectivamente. Ambos son banqueros como el señor V y trabajan en Fondos de Administración de Capital de Riesgo. El señor M, pasa por una pequeña crisis de

Las Aventuras de Alexa Huntington 2

La mayor parte de la gente no sabe lo detallados que son sus sueños. Mundos asombrosos se despliegan a la hora de dormir para ser olvidados ó mal recordados en el mejor de los casos. Un mundo en donde somos héroes ó heroínas, caballeros o damiselas, donde volamos, o nadamos con ballenas. Un sitio donde también damos rienda suelta a nuestros más salvajes deseos eróticos ó practicamos nuestras aberraciones más inconfesables… Sin límites vivimos en ese espacio que creemos real para olvidarlo después de despertar. La rutina diaria hace que en la vigilia, nos enfoquemos en lo que consideramos real, por lo que guardamos en un desván el mundo que al dormir creamos. La verdad es que en el llamado “mundo real” hay cosas más allá de nuestro conocimiento. Acostumbrados a las cosas que se tocan o se sienten, no nos damos cuenta de las fuerzas sutiles que moldean nuestra conducta y marcan nuestro destino. Una de esas cosas muy poco conocidas por nosotros es la existencia de los oniromante. L

Las Aventuras de Alexa Huntington 1

Alexa se relaja y siente que entra en el mundo de los sueños; en la bruma común – aquel espacio de donde manan todos los sueños - busca la franja verde que le permite salir de su propio mundo onírico para entrar en el del objetivo. Cuando estás dentro, necesitas ver tus manos y opcionalmente tus pies. Alexandra se concentra y levanta sus manos, ve unos guantes de seda con un motivo floral bordado. En su brazo derecho una cesta que contiene unas manzanas ya arrugadas junto con algunas monedas. Mira a sus pies y ve que esta calzada con unos mocasines rotos. Lleva las manos a la cabeza y palpa un sombrero atado a su mentón con una cinta púrpura. Su vestido es de un color rojo desteñido y su ropa interior es muy abundante. Se da cuenta que está en un sueño de principios del Siglo XX ó finalizando el XIX. “Las monedas me ayudarán a saber donde estoy”. Las revisa y se da cuenta que está en Inglaterra en la Era Victoriana. Alexandra siente el vacio en el estomago que le indica que ya