cielo gris y botas negras III

El cochero se monta en su vehículo y le dice a Alexa que la va a dejar dos calles atrás, ella acepta aunque eso signifique caminar más.

— OTAN y Rusia en mi pais...— No sale de asombro — ¿Qué ha ocurrido? ¡No lo entiendo! — Alexa se limita a ver al hombre de cara recia y arrugas venerables. — Aqui es señorita — Dice el hombre — La calle "Lago Balkial" le queda como a seis cuadras derecho. Le deseo suerte señorita — Gracias — Le responde escuetamente Alexa.

La calle no es tal, de hecho, es la avenida más ancha y larga de la capital. A ambos lados tiene enormes macetas de concreto con árboles sembrados: acacias, sauces y hasta palmeras. Seis canales la constituyen: tres de ida y tres de vuelta y hasta tiene una ciclovia pintada de varios colores: rojo, negro y verde. A lo lejos se ve un arco del triunfo con unas banderas.

Alexa recorre el camino por el medio de la avenida, no ha visto ningún auto, de hecho no ha visto a nadie. Perdida en estas reflexiones se asusta a morir cuando escucha una explosión; algo pasa por encima de ella, es un grupo de cazas que a toda prisa se han perdido en el horizonte con una velocidad espantosa.
Decide seguir adelante, ya ha invertido mucho tiempo para que los enredos de este mundo la hagan retroceder. Otro ruido de aviones rompiendo la barrera de sonido la sacude, está vez vienen de su izquierda y al volar más bajo activan las alarmas de los autos y hasta rompen vidrieras en las pequeñas tienditas aledañas a la avenida.

"Llego al arco. Tomo a la derecha y luego a la calle Lago Baikal hasta la plaza de la Concordia" . Piensa Alexa y empieza a caminar; de nuevo se arregla la chaqueta, el viento baja con fuerza por la avenida, ya que los edificios que la rodean parecen un embudo de aire. Es tan fuerte que llega un momento en que ella no puede caminar más; así que cruza la avenida con la intención de ir por los pasillos del boulevard que están más protegidos.

Al cruzar ve un grupo de milicianos que trotan por la calle a toda prisa. Vienen escoltados por unos tanques y varios otros vehículos. Alexa se da prisa y llega al boulevard. Baja por una escalera de concreto absurdamente curva y se mete por los caminos más escondidos y serpenteantes, deteniendose cuando logra escuchar el ruido de los tanques y los soldados marchando. Un grupo de cuatro de ellos se separa y bajan por la escalera hasta llegar a dónde está ella.
Uno de ellos los divide y les dice que vayan a buscar. Ven un container grande de basura y lo abren con toda la parafernalia militar que han aprendido, pero no hay nada. Dan una ojeada por los edificios aledaños, pero al no encontrar nada simplemente se van.

Alexa no se había escondido en el basurero, odia el olor a basura, la baba y las cosas que se resbalan y adhieren a la piel. Además es un escondite muy trillado que solo debe ser usado en casos extremos. Absit le enseño eso, también le enseñó como trepar por las paredes con ladrillos no frisadas; por lo que solo tuvo que escalar un piso y esconderse detrás del anuncio de madera de una enorme ostra azul.

"Tanto que critiqué este anuncio" piensa Alexa y ríe.









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