Cambiando Zapatos XI
La historia es muy simple: los amantes jóvenes no pueden casarse debido a que son de clanes rivales, sin embargo, ya han consumado su relación y van a tener un hijo. Al enterarse el padre de la muchacha mata al joven.
Iyoconda personifica a la muerte, tan inexorable como poco esperada, fría y sin corazón debe matar al joven para cumplir con su destino, muy a pesar de los llantos y gritos de la audiencia que insiste en salvar al joven. Aún así, con un final tan triste, la gente aprueba la actuación.
- ¿Viste? - Iyoconda me da un empujoncito contenta.
- ¡Estas sudada!
- ¡Es la pasión del baile! - Dice con la mirada de una gata cazando un ratón.
- ¡Esta fiesta es increible!¡Deben querer mucho a Vinamayama!
- No es solo por ella. Recuerda que es el solsticio de verano.
- ¿Dónde esta ella?
- ¿Acaso la quieres raptar, Occidental?
- Iyoconda, ya me tiene harto ese trato, no me lo merezco. - Le digo con convicción y rudeza. - ¡sabes bien que solo te secuestraría a tí, diosa de la muerte!
- ¡Llevame entonces y dale algo de piel a la descarnada muerte, algo de calor a la fria muerte !
No la dejo seguir. La beso y la cargo para llevármela. Solo que me doy cuenta de que no sé a dónde.
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