La mujer en tus sueños I
El mostrador del hotel era una simple tabla laqueada color naranja. Una pequeña rebeldía cromática en contra de las rayas verticales rojas, los uniformes rojos, los zapatos rojos, las banderas rojas y hasta el color del cabello del dependiente que con muy pocas ganas atiende a Irina. El la ve con interés primero, algo de morbo después, pero las pocas ganas de trabajar y el miedo hacen que su ánimo desaparezca de nuevo.
"Si fuera un hombre valiente" piensa el dependiente cuando la ve caminando por el pasillo de color marrón; paredes blancas con rayas verticales rojas y arañas de los años veinte en el techo. Ella desaparece triste y melancolica en el ascensor. El dependiente no tiene tiempo de especular más: ha llegado el comisario de comisarios.
Alexa permanece en el flujo del sueño del señor Ivanovich sorprendida de los detalles de este: sin duda es un hombre con mucha imaginación y buena memoria. Incluso él se atreve a regodearse en los detalles de la humillación que siempre le propina al dependiente. Alexa ya lo odia y lo odia aún más cuando el "comisario de comisarios" sube a la habitación a encontrarse con Irina ya desnuda.
- Tan bella como siempre. Tan tonta como nunca.
Irina simplemente se tapa con las sábanas dejando al descubierto los hombros y las piernas. Ivanovich se desnuda y a Alexa se le antoja como una especie de babosa.
"Gracias a dios que es solo un sueño" piensa ella.
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