Cambiando Zapatos VII
- Hace unos meses, unos muchachos encontraron a un hombre sobre un árbol que estaba en el camino del barranco. Lo bajaron, trataron sus heridas y lo llevaron al pueblo. Allí lo atendieron y con el paso del tiempo fue mejorando.
- ¿Quién era ese hombre?
- Es un gángster de la corte de los rojos. Lo habían traído para ajusticiarlo en la montaña y que los animales se lo comieran, pero tuvo suerte, logro escapar y de alguna manera cayó en el arbusto salvando su apestosa vida.
- ¿Como saben eso?
- Encontramos dos cuerpos en un terraplen que da al norte de la montaña. - Yyoconda me señala el sitio. Luego, al hacer las averiguaciones pudimos obtener la información: siempre hay alguien que habla.
- Más si los amenazan con cortarlos y quemarlos vivos. - Le digo risueño.
- Y volverlos a cortar y quemar vivos hasta que hablen. Debes entender que somos gente pacífica, pero brutal a la hora de defender lo nuestro; de lo contrario seríamos menos que esclavos. -Me responde airada.
-No quería ofenderte.
- ¡En fin! esa basura enamora a Virahimayana, se la lleva y luego la vende a un burdel en Antahonama.
- La casa del pueblo no es de la corte roja.
- No. El jefe de policía local es nuevo y está allanando la original...tú sabes, para demostrar su autoridad; por eso fue fácil sacarla, solo tuve que usar adormidera para dormirlos y engañar a un tonto con corazón de oro.
- Gracias por lo de corazón de oro. - Reímos juntos hasta las lágrimas.
- ¿Quién era ese hombre?
- Es un gángster de la corte de los rojos. Lo habían traído para ajusticiarlo en la montaña y que los animales se lo comieran, pero tuvo suerte, logro escapar y de alguna manera cayó en el arbusto salvando su apestosa vida.
- ¿Como saben eso?
- Encontramos dos cuerpos en un terraplen que da al norte de la montaña. - Yyoconda me señala el sitio. Luego, al hacer las averiguaciones pudimos obtener la información: siempre hay alguien que habla.
- Más si los amenazan con cortarlos y quemarlos vivos. - Le digo risueño.
- Y volverlos a cortar y quemar vivos hasta que hablen. Debes entender que somos gente pacífica, pero brutal a la hora de defender lo nuestro; de lo contrario seríamos menos que esclavos. -Me responde airada.
-No quería ofenderte.
- ¡En fin! esa basura enamora a Virahimayana, se la lleva y luego la vende a un burdel en Antahonama.
- La casa del pueblo no es de la corte roja.
- No. El jefe de policía local es nuevo y está allanando la original...tú sabes, para demostrar su autoridad; por eso fue fácil sacarla, solo tuve que usar adormidera para dormirlos y engañar a un tonto con corazón de oro.
- Gracias por lo de corazón de oro. - Reímos juntos hasta las lágrimas.
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