La mujer en tus sueños VII

Alexa se despierta satisfecha: ha averiguado el paradero del físico y acabado con la angustia de unos padres que no sabían qué había sido de su hija. Ahora es cuestión de ir al parque y terminar el trabajo.

El pálido cielo azul contrasta con el color rojizo de los árboles caducos y con el verde de los perennes. La calzada tapizada con las hojas caídas le recuerda a Alexa lo que su padre decía: el camino se mueve mucho más que el caminante, pero no se recorre solo.

 Le costó encontrar el kiosko: el parque es grande, ella no habla el idioma e iba distraída. Cuando lo encontró, le gustó : una pequeña cabina de madera pintada de verde y unos bancos pintados de negro hacen juego a una gran cantidad de flores: rosas, tulipanes, jazmines,  lirios de agua y claveles perfuman el lugar donde los ancianos leen en los bancos  y  los jóvenes se juran amor eterno.

- Buenas tardes. Quiero una rosa negra etíope de tres petálos. - Alexa lee el papel con la frase en ruso lo mejor que puede. El hombre entra en el negocio y regresa con un sobre.

- Allí está la Nigrum spagyria. - Le dice a Alexa en Inglés.

- Gracias.

Una hora más tarde pasa el cliente en el punto de reunión para recoger la mercancía. Al terminar todo de manera satisfactoria para las partes, Alexa decide combatir el stress con la mejor medicina que conoce: gastar el dinero en compras desaforadas.

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